Atrás quedaron los días en que la relación con los clientes se limitaba a la venta inicial. Ahora, se reconoce que el verdadero valor se obtiene al mantener a los clientes existentes felices y satisfechos.
Un proceso de incorporación bien estructurado y efectivo puede marcar la diferencia entre un cliente satisfecho y uno que abandone en cuestión de meses. 5 consejos sobre cómo optimizarlo.